

Columnas
Aquella mañana llegaba tarde a la oficina. Caminaba a paso ligero por una avenida de un barrio de Madrid. Resbaló con una lata tirada en la acera y su cabeza se golpeó contra el bordillo.
Cuando despertó, no recordaba nada. Desde el suelo, atisbó una sucesión de columnas que se perdía en el horizonte. Se incorporó lentamente, observando alrededor edificios de siglos. Y caminó por aquel pasillo de columnas hacia un horizonte inesperado.

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